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Plaza de a Rosa

Monja leyendo(1893)

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Las primeras referencias documentadas sobre este espacio urbano abierto, como lucido como plaza nueva o baja, contigua a desnivel de la vieja o alta, a la cual sustituyó a mediados del siglo XVI datan de las cuentas municipales.

 

En el siglo XVII tuvieron lugar en la citada plaza y en el llano de palacio. Juegos de toros y cañas en honor de la llegada a Montilla del séptimo marqués de Priego y séptimo duque de feria (don Luis Mauricio Fernández de Córdoba), con un recorrido empalizado entre ambos ruedos. Festejos que se estuvieron celebrando hasta finales del siglo XIX.

 

La cofradía de la caridad tenía en la plaza una pequeña ermita, dedicada "al consuelo, de enfermos, trashumantes y entierro de todos los desvalidos" a cargo de los presbíteros de la Vera cruz, que, deteriorada, su solar pasó a la de Nuestra Señora de la Rosa. En ella se ubicó el antiguo mercado de abastos.

 

El Teatro Garnelo está situado también en la Plaza de la Rosa . Se trata de un edificio modernista de 1917, según el proyecto de Don Manuel Garnelo, colaborando su hermano José (pintor) en la dirección artística. Fue rehabilitado a finales del siglo XX respetando su fachada, aunque lamentablemente no se ha conservado su ornamentación interior. Del primitivo teatro sólo se conserva la carcasa exterior, que presenta algunas pretensiones decorativas con relieves alegóricos en yeso. Fue iniciativa de los señores Sánchez y Fernández Canivell. 

 

En plaza existe  también se encuentra el “Edificio de la Tercia”. Su fachada es impresionante y de una singular belleza; y dado que se encuentra en el mismo corazón de la ciudad presidiendo la plaza más  importante, la Plaza de la Rosa,  hace que sea uno de los edificios más emblemáticos y constituya un escaparate  de los más importantes de la ciudad. Fue ordenado construir en 1921 por  el VII Conde de la Cortina Don Francisco de Alvear y Gómez  sobre el espacio de unas antíguas bodegas; que cuenta con una  fachada historicista, de estilo neorenacentista;  y que, en distintos aspectos, especialmente la torre, es casi una copia del gran Palacio de Monterrey de Salamanca.

Fuentes: Garramiola, E., 1997. Callejero y Memoria Intima de Montilla. Montilla. Ed. Nuestro Ambiente

Una iglesia, un viejo caserón y un teatro conforman esta plaza en la que los montillanos celebran grandes acontecimientos y donde el Viernes Santo, día grande de Montilla, se centra el Prendimiento con la participación activa de los soldados romanos.

En el teatro Garnelo los montillanos disfrutaron de grandes días de cine. Mi primer recuerdo del cine es cuando las monjas nos llevaron el año 65, debería tener no más de seis años, a ver la película Franco ese hombre. A niños de seis años. Qué barbaridad. Fue muy aburrido. Las monjas eran así, no te dejaban ir a lo que era propio de un chiquillo y sin embargo te llevaban a la película del Caudillo. (Me ha salido un pareado).

En él estaba el bar La Terraza que lo llevaba el Lucero, padre de Agustín Gómez, catedrático por derecho propio de Flamenco con mayúsculas.

Enfrente los Arcos, donde ejerció su ministerio Joaquim Pedraza un mito de las cocinas cordobesas, que dio renombre a Las Camachas durante muchos años.

Al lado Los Barriles, que con el tiempo fue dividido en varios establecimientos, en uno de los cuales regentó una marisquería Pepe Ramírez. A la vuelta en la calle San Juan de Ávila estaba la mítica Tabernita de Repiso, donde eché muy buenos ratos con mi cuñado Antonio Varo, Juanito el peluquero y Miguelito Marqués, medio familia mía.

En la calle José de los Ángeles estuvo la Tipografía Ortiz donde se editaba el Boletín Municipal en el que participé algunos años.

Fuente: Como el Velo de Flor. Manuel Cobos.

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