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Fue conocida también durante el siglo XVI por la calle de Pabón, referida al pícaro hacendado, Andres López Pavon, el Rico y sus familiares Pedro Sánchez Pabón, funcionario concejil que despachaba en viaje a Sevilla el 27 de septiembre de 1581, los tercios gastadores y el descendiente P. Pabón.

 

Es conocida también en el siglo XVII por la calle de la Almona, por la establecida en ella.

 

El monopolio de la producción del jabón representaba un Pingüí negocio a la hacienda Márquez al de los Fernandez De Cordoba, cuyo procedimiento, mezclando grasa vegetal o animal con la potasa contenida en las cenizas vegetales, venía perpetuando desde época romana. La gran importancia de la ceniza repercutía en que fuesen frecuentes los fuegos autorizados en los montes, bajo para obtenerla, con exclusiva licencia en favor de los jaboneros.

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Fuente: Garramiola, E. 1997. Callejero y Memoria íntima de Montilla. Ed. Nuestro ambiente. Montilla

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En esta calle estaba Teléfonos cuando había que llamar a una centralita. La casa de mi abuela era el 114 y la telefonista te avisaba si había alguien o no en la casa: “Tu abuela ha salido, está en casa de tu tía fulana, te paso”. Esas señoras sabían vida y milagros.

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También estaba Tomás el botero, que hacía las botas y los pellejos. Era abuelo de Antonio el mecánico de Cobos que nos dejó no hace mucho. Frente por frente al Santo estaba la mítica imprenta La Gutemberg. Ahora se están celebrando los quiniestos años de imprenta en Montilla, donde llegó mucho antes que a Córdoba.

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En la esquina con la calle General Jiménez Castellanos, también conocida como Parrosales, estaba la droguería de los Porteros regentada por Nicolás que tenía un enorme mostacho y una sonrisa permanente. A la vuelta en la calle Parrosales el maestro Ángel daba clase de música.

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Frente la calle de la Gabia, donde estaba la relojería de Juli, “déjame el reloj y lo observo” su hijo de igual nombre ha sido uno de los que han protagonizado la historia musical de Montilla.

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La fonda de los Felipes que hace esquina, fue antes pastelería y ahí se celebraron muchas bodas en los años sesenta y setenta.

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Fuente: Como el Velo de Flor. Manuel Cobos.

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